OSASUNA Y EL COVID-19 (Capítulo 3)
Sigo con esta crónica
especial que estoy haciendo de cómo ha afectado el Covid-19 a nuestro club y
hoy hablaré de los dichosos test, asunto que como ciudadano de a pie, me
indigna, por muy osasunista que sea.
Es
verdad que Osasuna hace algunas semanas fue uno de los clubes que se negó someterse
a los test, pero cuando ha llegado el momento serio de la situación, ¡Vaya que
si se los han hecho!.
En
un primer momento, hace ya bastantes semanas, los mandatarios rojillos dijeron
que no a las pruebas aludiendo a criterios de "humildad y sensatez",
según explicó a los medios de comunicación Fran Canal. Entonces Osasuna decía
que era preferible emplear estas pruebas en personas con síntomas y que pertenecieran
a grupos de riesgo. Semanas más tarde este canto a la solidaridad se ha diluido
y todo el mundo del futbol, incluido nuestro club, se ha sometido a las
pruebas.
Los
máximos mandatarios exigen los test para la vuelta a la actividad futbolística
y como económicamente hablando más de uno no puede permitirse que el futbol
pare, los test se han hecho. Concretamente los jugadores de Osasuna se han
hecho test en el bar de Tajonar, unas pruebas que han consistido en PCR (muestras biológicas extraídas de las
fosas nasales y la garganta) y pruebas serológicas (muestra de sangre). Dichas
pruebas, a lo largo de estas semanas se han hecho en varias ocasiones y se sabe
que cuando comience la competición, 48 horas antes de disputar
un encuentro se volverán a realizar otro test.
El
fútbol ya sabíamos que ha dejado de ser lo que fue en su día. Hoy en los foros
de debate y de toma de decisiones de los máximos mandatarios del futbol, no se
habla del Covid-19, se habla de que por ejemplo Osasuna ha cobrado
el 85% de los ingresos de TV y quiere cobrar su totalidad. Si no se acaba la competición
Osasuna deja de percibir entre 14 y 18 millones y eso nadie lo va a
tolerar. Esto es lo único que importa ahora. Por ello los futbolistas han sido
uno de los primeros sectores poblacionales en tener la posibilidad de hacer los
dichosos test, mucho antes que los profesionales que han estado en la línea del
frente trabajando con grandes dosis de entrega, solidaridad y dedicación.
Al
mundo del fútbol le importa un comino que los auténticos héroes de esta
pandemia (sanitarios, personal de servicios…) no tengan posibilidades de
hacerse los test, o al menos, cuando no tenían estas posibilidades, el Sr. Tebas
ya se encargó de decir que como el futbol tiene dinero, como si de una empresa
privada se tratara, iban a comprar los dichosos tests y así lo han hecho. Todo
un ejemplo de solidaridad. Se ha dotado a los futbolistas de un privilegio al
que muchos otros ciudadanos no tienen acceso. Flaco favor se ha hecho así mismo
el mundo del futbol para la imagen que tiene ahora mismo en la sociedad.
Se
que muchos pensaréis que es cierto, que al igual que ocurre con una empresa
privada, si el futbol tiene dinero con su patrimonio puede hacer lo que le
venga en gana. Yo en cambio soy de otra opinión. Creo que el mundo debe regirse
por otros parámetros y no vale con decir “como yo tengo dinero hago lo que
quiero con él y el que no lo tiene allá él”. Sinceramente aspiro a otro mundo.
Soy un
fan incondicional de Roberto Torres, pero en esta ocasión no estoy de acuerdo
con sus declaraciones en la que ha afirmado que “le molesta que consideren a los futbolistas profesionales como unos
privilegiados por acceder a pruebas para detectar el coronavirus causante de la
pandemia”. Pues si Roberto, para mí sí que sois unos privilegiados. Habéis
tenido los test mucho antes que otras personas con más necesidad que vosotros,
sin entrar en otros asuntos anecdóticos y jocosos en los que el jugador de
Osasuna por ejemplo, con el fin de que no salga de casa, puede realizar una
lista de la compra y un empleado del club se la hace llegar a su domicilio.
Sé
que me he salido de tiesto y que lejos de hablar de Osasuna estoy hablando como
un ciudadano de a pie, al margen de mi sentimiento rojillo, pero no es menos
verdad, que aunque añore las tardes de Sadar, ahora mismo para mí el futbol ha
pasado a un segundo o tercer plano.
Soy
consciente de que mi artículo de hoy va a airear muchas voces contrarias y voy
a recibir muchas críticas por mis opiniones, pero la verdad es que esto es lo
que me viene a la cabeza en estos momentos complicados que estamos viviendo.
He comenzado
hablando de los test pero al final siempre vuelvo a hablar de lo mismo. Lo dije
en el segundo capítulo de esta entrega de reflexiones que estoy realizando
entorno al Covid-19, las decisiones que se están tomando en torno al futbol a
nivel internacional, solamente tiene un objeto de debate: el dinero
¿Por qué se va a actuar de
manera diferente con el futbol profesional que con el que no lo es?. La
respuesta es sencilla: porque el profesional deja réditos económicos en los
bolsillos de algunos e interesa actuar de forma diferente. Con el futbol no
profesional da igual porque aquí el beneficio es escaso.
El futbol y nuestro club
entre ellos, no está apelando al raciocinio, la cordura y a la perspectiva
ciudadana que nos exige pensar más en la colectividad que en nuestro ombligo.
Los Iraultza 1921 estos días
decían “¡Sin afición no hay pasión, sin pasión
no hay fútbol!” y probablemente no les falte razón. El futbol sin
aficionados pierde su esencia y yo al menos no entiendo el futbol sin
aficionados en las gradas. Obviamente el
que se mueve por intereses económicos se halla muy equidistante a estos
planteamientos.
El romanticismo del fútbol
ha desaparecido. Hoy los aficionados no pintamos nada de nada. Los clubes
prefieren la TV que a sus aficionados.
Se rumorea que el corona
virus va a traer consecuencias económicas en el mundo del fubol. Ojala!
Sinceramente lo deseo. El futbol se ha disparatado, vive en una burbuja
sobredimensionada y ojala salte por los aires y cambie su rumbo hacia
parámetros más racionales.
Así pues la liga va a
completarse. No se sabe muy bien cuando, pero ya se sabe el como. La RFEF y la
AFE han llegado a un acuerdo para que haya un
mínimo de 72 horas de descanso entre partido y partido y que los encuentros se
hagan sin público. Además se sabe que los equipos van a poder convocar para
cada encuentro a 23 jugadores y van a poder realizar en tres momentos, un total
de cinco cambios a lo largo de los 90 minutos de juego. Además se sabe que
cuando el equipo juegue fuera, no podrá desplazarse en avión de línea
regular sino en charter y si lo hacen en autobús, deberán viajar en dos para
guardar las distancias entre pasajeros. También se sabe que cuando lleguen al
estadio antes del inicio de los encuentros se les va a tomar a todos la
temperatura y solamente podrán acceder a los campos los 46 jugadores de ambos
clubes más los cuerpos técnicos y árbitros, no pudiéndose superar el número de
94 personas en total. Por su parte en la grada no podrá haber más de otras 94
personas entre directivos, personal de TV y los departamentos de prensa de los
clubes.
Así
mismo parece claro que Tajonar no acogerá los encuentros como local puesto que
las instalaciones rojilas no reúnen las condiciones exigidas por la LFP (acomodación
de la TV, iluminación.).
Soy
consciente de que Osasuna como tal no es el culpable de todo lo que he
comentado en este artículo, pero no es menos verdad que es parte activa del
juego.
Me
despediré por hoy pero prometo seguir hablando de Osasuna y el Covid-19. En el
siguiente capítulo me dedicaré a expresar mi opinión a cerca de las cuotas de
socios que la actual Junta Directiva propone. Creo que es un tema al que merece
dedicarle un capítulo aparte.
Mañana
nuestro equipo parece que ya va a poder empezar a entrenar en grupos reducidos
porque hay que recordar que hasta ahora los jugadores lo estaban realizando de
forma individual. Seguiremos atentos a las nuevas noticias que se vayan
produciendo.
Gorritxo.
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