OSASUNA Y EL COVID-19 (Capítulo 1)


La vida se ha parado y como no podía ser de otra manera, también lo ha hecho el fútbol y con él la actividad rojilla.

A lo largo de los próximos días voy a ir narrando como la dichosa pandemia ha ido afectando a Osasuna. Hoy me limitaré a una descripción de datos objetivos, pero adelanto que en los próximos días, en las siguientes entregas, voy a ser muchísimo más crítico porque hay cosas que no me han gustado absolutamente nada y como socio del club puedo y debo decirlas.

Tras muchos días recluidos en nuestros hogares, ahora empezamos a gozar de más libertad de movimientos y con ello el deporte del balompié empieza a engrasar poco a poco su maquinaria.

Osasuna desde un primer momento ha tenido, como no podía ser de otra manera, una actuación responsable y ejemplar con la situación que por desgracia nos ha tocado vivir.

Los días previos al confinamiento, en torno al 9 de marzo, ya suspendió todas las actividades programadas por Fundación Osasuna. De la misma forma delimitó las zonas de trabajo de las instalaciones para que el contacto entre personas fuera el mínimo posible y extremó las medidas de limpieza e higiene. Así mismo decidió que los entrenamientos de todos sus equipos fueran a puerta cerrada encargando al departamento de comunicación que enviara material audiovisual a los medios de comunicación para que estos no tuviesen que desplazarse a las instalaciones. De esta forma quedaron suspendidas todas las ruedas de prensa.

Entorno al 12 de marzo se cerraron las oficinas del club y se comenzó a atender solamente a través de la línea telefónica o correo electrónico. Así mismo los diferentes departamentos del club comenzaron con el teletrabajo.

Posteriormente se conoció la suspensión de la competición. ¡Qué pena me dio después de que había sido agraciado junto a mi hija con dos entradas para ver en directo el encuentro en Anoeta!. Con la suspensión de la competición obviamente vino la interrupción de los entrenamientos de todos los equipos y la actividad en el seno del club quedó reducida a lo imprescindible.

El mundo se paró y también lo hizo nuestro club. A nuestros jugadores los podíamos ver por las redes sociales, en ruedas de prensa a través de videoconferencias y participando en simpáticas acciones que se han desarrollado estos días, como por ejemplo las felicitaciones que enviaba Rubén a todos los niños, partidas online a video juegos…

Los jugadores comenzaron a entrenar individualmente en sus casas con el fin de no perder la forma. En torno al 8 de abril Osasuna firmó un acuerdo con la empresa de gimnasios “Altafit” la cual cedió material deportivo a cada uno de los integrantes de la primera plantilla (bicicleta de spinning, mancuernas…) para que pudiesen trabajar en sus domicilios guiados siempre por los técnicos del club. En mayor o menor medida los jugadores de todas las categorías recibieron pautas para continuar trabajando desde casa.

En todo este tiempo también ha habido espacio para la solidaridad. En la segunda quincena de abril Osasuna adquirió 5.000 mascarillas para distribuir entre sus socios mayores de 65 años, los centros de Solera Asistencial y la Residencia San Jerónimo de Estella.

Ahora ha llegado la vuelta al trabajo. El 4 de mayo los jugadores comenzaron a pasar un reconocimiento médico para ver su el estado de salud, así como las pruebas para la detección del Covid-19. Es como si fuera una pretemporada tras haber estado 7 semanas entrenando solos en su casa.

Los entrenamientos han vuelto a Tajonar. Los jugadores se ejercitan individualmente. Para ello acceden a las instalaciones en solitario separados unos de otros 5 minutos para no coincidir con el resto de compañeros. Acuden desde casa ataviados con la ropa de entrenamiento y hasta entrar en el terreno de juego se mueven por las instalaciones con guantes y mascarilla. Una ven en el campo tienen muy delimitadas las zonas por las que se deben mover. Al finalizar la sesión deben ir a ducharse a sus casas y previamente les entregan la ropa de entrenamiento del día siguiente (cada día entregan también la ropa usada del día anterior que la depositan en un contenedor).

El primer día, además de todo lo descrito en el párrafo anterior, nada más bajarse de sus coches los jugadores se pesaron y se les tomó una medición de los pliegues de grasa.

Las instalaciones se están desinfectando al inicio de cada jornada y las escasas personas que a ellas pueden acceder, van dotadas con todas las medidas de seguridad.

Según el míster rojillo, las sesiones de entrenamiento de estos días van a consistir en “alternar a nivel físico diferentes trabajos como la activación, prevención, trabajos de técnica, de cambio de dirección y de resistencia".

Ahora estamos pendientes de cómo y cuando se va a reanudar la competición, pero esto lo dejaré para el siguiente capítulo de esta colección de artículos que voy a crear bajo el título “Osasuna y el Covid 19”. Os puedo asegurar que cuando hable de este tema, del inicio de la competición, llegarán mis primeras críticas que ya os he prometido que va a haber.

Respecto a aquellos que se os pasado por la cabeza el acercaros a los aledaños de Tajonar para ver como se está desarrollando estos días la actividad rojilla, os recomiendo que no lo hagáis porque la zona va a ser controlada por las fuerzas de seguridad del estado y ya sabéis que el incumplimiento de las normas sanitarias establecidas, os puede ocasionar una inesperada “receta”
Gorritxo

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