IN EXTREMIS


Este Osasuna tiene algo diferente. Otros años, en un encuentro como el de ayer, hubiésemos vuelto de vacío, pero este año el equipo tiene algo  distinto y está plagado de virtudes. Por ejemplo tiene una buena plantilla que está con confianza y enchufada y por otro lado, el equipo jamás baja los brazos y siempre confía en sus posibilidades hasta el final. Si sumamos ambas cosas nos encontramos con un gol de calidad de Torres en el minuto 94 que sirvió para rescatar un punto.

Si alguien no vio el partido quizás se haya levantado hoy diciendo que Osasuna tuvo ayer suerte. Los que vimos el encuentro, podemos afirmar que Osasuna no solo fue merecedor del punto logrado, sino que si alguien mereció ganar este no fue otro más que el equipo de Jagoba Arrasate.

En el primer tiempo fuimos muy superiores. Llegamos en innumerables ocasiones y generamos múltiples ocasiones de gol, pero los caprichos del futbol, hicieron que el Numancia con tan solo un tiro a puerta en todo el encuentro, anotara un gol en el minuto 20 de partido.

En el segundo tiempo Osasuna bajó bastante y se encontró enfrente al típico equipo de segunda que ni hace ni deja a hacer. El Numancia se limitó a dejar pasar los minutos a base de destruir la creación del juego osasunista. Es lo que tiene la segunda, que cualquiera te puede trabar los encuentros y ponértelo complicadísimo.

Creo que el partido de ayer es un toque de atención para que el equipo tome conciencia de que en segunda es difícil jugar y a pesar de hallarnos en un grandísimo estado de gracia, cualquiera, absolutamente cualquiera, nos puede amargar nuestras ilusiones. Ayer no pudimos desarrollar nuestro juego, no nos dejaron estar cómodos, tener el balón y por lo tanto hacer un futbol creativo. Fruto de todo ello Mérida, Rober Ibañez, Villar… no estuvieron tan sueltos y cómodos como en otras tardes y esto lo padeció el equipo.

Mención especial me merece Roberto Torres, un jugador que probablemente se halla en su mejor temporada como rojillo. Ayer gozó de una buenísima ocasión, estrelló otro balón al larguero y anotó en el 94 el gol del empate, un tanto de mucha calidad que agradecieron los cerca de 2000 rojillos que invadieron en la jornada de ayer la capital soriana.

La clasificación, como no podía ser de otra manera, se ha apretado muchísimo entre los equipos de arriba. El fin de semana jugamos otra nueva final, en esta ocasión contra el Zaragoza. Si todo marcha bien, recuperaremos a Rubén García, una buenísima noticia, pero ¡cuidado! ¡no nos dejemos llevar por la clasificación del equipo maño!. Estoy convencido que el Zaragoza, al finalizar el presente campeonato, va a estar más arriba de lo que ahora mismo indica la tabla clasificatoria.

El sábado nos viene un gran equipo que nos lo va a poner muy difícil. Recordar que el conjunto zaragozano, desde que Víctor Fernández se hizo con las riendas del equipo, solamente ha perdido un encuentro y concretamente fuera de casa, con Víctor Fernández al frente, no conoce la derrota y ha logrado dos victorias y dos empates.

En otro orden de cosas el partido del sábado es un encuentro que puede marcar un hito en la historia rojilla. Primero porque estamos inmersos en los comicios electorales sobre la reforma del estadio, pero por otro lado, porque en caso de ganar Osasuna empataría la mejor racha histórica de partidos seguidos ganando en el Sadar. Ahora mismo llevamos ocho victorias seguidas y el record lo tiene el Osasuna de la 2005 - 2006 que con Aguirre en el banquillo consiguió 9 triunfos seguidos como local.
Gorritxo


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